Con la serenidad que la caracteriza Verónica Forqué, comenzó el encuentro con los medios sobre las cuatro y media de la tarde, acompañada por Javier Angulo director de Seminci, que la definió como » Patrimonio nacional de nuestro cine».

A través de las preguntas que los distintos medios le fuimos realizando , Verónica hizo un repaso por su carrera como actriz de cine, teatro y televisión.

Recordaba como su padre José María Forqué, director y guionista de cine, por conocer muy bien el mundillo no quería que Verónica fuese actriz, de hecho muchas veces para disuadirla le decía que ella no valía para actuar, y  cuando la pequeña Verónica le pedía actuar en sus películas, siempre buscaba excusas para que ese momento no llegase, hasta que finalmente la vio actuar  interpretando un monólogo de final de curso de arte dramático y a partir de ese momento, su padre se convirtió en su fan número uno.

Nos habló también de los papeles que mas la han marcado profesionalmente, como el papel protagonista de la película Kika de Pedro Almodóvar, director con el que estaría encantada de volver a trabajar, porque dice entiende muy bien a los actores. Nos confesó también entre risas que le gustaría trabajar bajo las ordenes de Woody Allen aunque eso lo ve como un imposible y con Liv Ulmann, cineasta que presenta su último trabajo en Seminci titulado Miss Julie.

Dos cosas nos aclaró, que no la llama el cine por el camino de la dirección, no seguiría los pasos de su padre, lo  ve un trabajo sindicalismo y que se encuentra muy a gusto en los papeles trágico-cómicos para los que la llaman, no se ve interpretando una tragedia.

Fue un repaso no solo a su carrera, sino al cine español de las últimas décadas, todo con la dulzura que Verónica pone en cada una de sus palabras y expresiones.