Los europeos, nos lleva de la mano de Miguel y Antonio a un viaje por la Ibiza de finales de los años 50.

La película está basada en la novela homónima del escritor y guionista Rafael Azcona, escrita en 1960 y publicada en Francia por motivo de la censura y reescrita por el mismo autor en 2006, dos años antes de morir, ya libre de toda censura dictatorial. 

Miguel es un joven delineante se deja convencer por su amigo Antonio para veranear en Ibiza con la intención de ligar con las europeas que frecuentan la isla, pues allí le han dicho que es muy fácil.

Desde las primeras escenas vemos como las personalidades de Miguel y Antonio, son muy contrapuestas, pero según va avanzando la película vemos que igual no son tan diferentes estos dos personajes.

El mundo y las convicciones de Miguel se tambalearán al conocer a la francesa Odette.

Lo que en un principio es un amor de verano, una aventura pasajera, se va desmoronando lentamente y la tierra prometida soñada se asemeja demasiado a la complicada vida real, de la que querían alejarse unos meses.

Se trata de una agridulce historia de amor con un poso de amor de final de verano.

Los europeos se sitúa en una Ibiza Pre hippie, a la que empiezan a llegar los primeros turistas.

Está dirigida por Víctor García León, después de Mas pena que Gloria de 2001, Vete de mi de 2006 y la exitosa Selfie de 2017 y con un reparto encabezado por Raúl Arévalo, Juan Diego Botto y la actriz francesa Stéphane Caillard.

En los europeos echamos en falta la mala leche, sarcasmo e ironia que desprenden los relatos del universo azconiano.

Está todo rodeado de una atmósfera en tonos pastel, una Ibiza luminosa, fiestas y buena música que nos alejan de la realidad que Azcona quería reflejar en su novela un retrato generacional de los españoles de los 50.

Quizá ha sido una osadía llevar al cine para García León una obra de Azcona o es que tanto Berlanga como Marco Ferreri, han dejado el listón muy alto.