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Vespas de película

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sidecarEste fin de semana se celebra en Valladolid La Fiesta de la Moto, lo que convierte a la capital pucelana, en la capital europea de las dos ruedas durante tres días.

Pero como nuestro blog es cinematográfico, no vamos a hablar de ese evento, sino que recordaremos, motos míticas del séptimo arte, en concreto la Vespa.

En 1946 la primera VESPA 98 ce. rodaba por las calles italianas.Había nacido el ‘fenómeno VESPA’.
Era  una conquista social, simbolizaba la libertad, el contacto con la naturaleza y poder trasladarse de un lugar a otro de la ciudad o a pueblos cercanos sin necesidad de un coche, estas ventajas  hicieron posible que sólo diez años después de aquel 1946, un millón de Vespas rodasen por Europa, y entre otras razones fue gracias a la popularidad que alcanzó´gracias al cine.

Empezaremos con Vacaciones en Roma, película de Willy Wyller de 1953, protagonizada por Audrey Hepburn y Gregory Peck,  cuenta la historia de la princesa Anna, de no se sabe que país del Este, la cual pasa una noche y un día en Roma de incógnito después de escapar de la vigilancia del personal de protocolo, y cuyo tercer protagonista es la Vespa 125 en la que pasean por la Ciudad Eterna los dos actores. La nota curiosa es que los actores tenían prohibido montar en moto, pero Luciano Emmer, el director de la segunda unidad, en lugar de subir la moto en un camión y rodar las escenas montó a los actores en una Vespa y las rodó con la moto circulando en medio del tráfico real.

Otra mítica aparición de una Vespa en el cine fue en la película Quadrophenia, originariamente fue una ópera rock compuesta por The Who en 1973, y posteriormente fue llevada al cine en 1979, con la banda sonora de ese mismo álbum. Criticada en su momento por su duro contenido, hoy es una obra de culto. Quien no recuerda la mítica escena de la caída de una Vespa desde un acantilado.

El cine español, también ha caído ante los encantos de esta moto, como en Amanece que no es poco, esa joya del cine patrio rodada por José Luis Cuerda, cuyo icono es una Vespa con sidecar, en la que Antonio Resines y Luis Ciges  llegan a un pueblo de la Sierra de Albacete en el que transcurre la comedia más surrealista de la historia del cine español.

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