Corría el 13 de septiembre de 2001 cuando dejamos entrar en nuestra casa y con ello en nuestros corazones a la familia Alcántara, Antonio, Mercedes, Herminia y toda su familia se han ganado un hueco para siempre en la historia de nuestra televisión, por ser una de las series mas longevas de este país.

Pero no pueden estar eternamente en pantalla, eso es solo algo que algunos elegidos catódicos como Jordi Hurtado, pueden hacer, así que esta vez, si que de verdad nos toca despedirnos de la familia Alcántara.

Para presentar el primer capítulo de la temporada 23, lo han hecho a lo grande en el Festival de Cine de San Sebastián, que mejor que poder disfrutar su estreno en pantalla grande.

El evento ha tenido lugar en el Teatro Victoria Eugenia y  han acudido algunos de sus protagonistas, como Ana Duato, María Galiana, Irene Visedo, Pablo Rivero, Carmen Climent y el director de la serie, Óscar Aibar. Junto a ellos, José Pastor, director de Cine y Ficción de RTVE; y los productores ejecutivos de Grupo Ganga, Miguel Ángel Bernardeau y Javier Cuadrado.

La historia de esta temporada comienza en 2001, pero para entender lo que en ese año les sucede, hay que retrotraerse a diciembre de 1994.

No quiero contar mucho para no hacer spoilers, pero momentos tensos se viven esa nochevieja en casa de los Alcántara.

Cada episodio de esta nueva temporada, está dedicado a homenajear a uno de los personajes, en este caso a Mercedes, nuestra querida Milano, titulado Mercedes: la fuerza.

En total serán siete capítulos, que esta previsto se estrenen a mediados del mes de octubre.

Como siempre los Alcántara son protagonistas de todo lo que acontece en esa época, y Antonio en este primer capítulo descubrirá los teléfonos móviles y hasta internet, pocos lo conocíamos en ese año, pero El p´arriba siempre está a la última.

Toca así despedirnos de los que han sido cronistas de lo acontecido social e históricamente, en las últimas décadas del siglo XX.

Pero siempre guardaremos los sabios consejos de Herminia, la voz de la cordura en tantas ocasiones, la mirada comprensiva de Mercedes y el me cago en la leche de Antonio.