La comedia blanca y el cine familiar son uno de mis favoritos y nuevamente Santiago Segura ha vuelto a conseguir sacarme sonrisas e incluso alguna carcajada en esta la última película ( o eso ha dicho) de la saga Padre no hay mas que uno.

Ya no tiene la frescura de la primera, y los niños (ya adolescentes en algún caso) ya no conservan esa gracia infantil, pero aún así con secundarios como El Cejas en el papel de Ocho el novio de la hija mayor y Neus Asensi de madre de este, me sigue pareciendo un buen entretenimiento para una tarde de cine.

En esta ocasión el matrimonio formado por Santiago Segura y Toni Acosta, sufren el síndrome del nido repleto, ya no entra nadie mas en la casa de los García Loyola, a sus vástagos, y al novio de la hija mayor, se han unido suegro y consuegra o viceversa, la suegra de la hija mayor, cuñados que de vez en cuando pasan por allí… y quien sabe si también el novio de la asistenta.

La convivencia cada vez es mas complicada en una casa en la que hasta tienen que sortear los turnos del baño.

Incluye cameos o colaboraciones amiguetiles como dice Segura de personajes como Omar Montes o David Fernández (Rodolfo Chikilicuatre)

Tiene momentos divertidos como los de Rocío la hija cantante que está dispuesta a todo por ser famosa o la niña pequeña con sus comentarios .

Igual ya el chicle se ha estirado demasiado pero espero que Segura siga haciendo películas en esta linea aunque con nuevos personajes y tramas pues él y su guionista Marta González de la Vega están tocados por una varita que les hace dar en el clavo, al menos conmigo.